Recientemente se ha logrado la aprobación de la ley que crea los cargos de 32 programas dentro del estatuto del docente. Este paso permite, a futuro, dejar de ser contratados a miles de docentes para pasar a ser interinos y desde ahí pelear la titularización, estamos hablando de compañeros que, en algunos casos, llevan más de 15 años en esta situación. Se inicia el proceso por el cual casi 3000 docentes adquirirán los derechos estatutarios igualando al resto de los docentes.
No es poco. Fueron años de lucha. Años donde se comenzó, en primera instancia, en organizar cada uno de los programas eligiendo sus delegados de base y luego formando el espacio “contratados – UTE”.
Es un espacio multicolor que conduce obviamente la celeste (lista que conduce la UTE) pero donde hay delegados de todas las listas opositoras, celestes e independientes. Esto hizo del debate la práctica habitual. Organizamos muestras, charlas y debates, radios abiertas, movilizaciones, paros sectoriales y adherimos a todos los paros del sindicato aportando siempre una nutrida columna de compañeros.
Cabe recordar lo difícil que fue que el sindicato tomara el tema de nuestra situación laboral entre sus prioridades. El “tema contratados” era un tema marginal que había que explicar una y otra vez a cada integrante de la comisión directiva. Muchas veces escuchamos desde la conducción: “¿todos titulares?...es imposible” o “vayamos por programa, y después vemos”. Sin embargo, de a poco, con militancia y coherencia el espacio se fue ganando el respeto dentro de UTE. Éramos el sector más dinámico, por lejos. Todo fue consultado a nuestras bases y ahí radicaba nuestra mayor fortaleza. No era la dirección del sindicato quien nos decía por dónde debíamos seguir, sino que fuimos nosotros quienes marcábamos los ritmos y los pasos a seguir ante cada conflicto que se nos presentaba.
Ante la asunción de Macri fuimos los contratados quienes en el verano (a 2 meses de su asunción) tomamos el Ministerio de Educación ante la baja de cientos de nuestros contratos, luego llegó la comisión directiva a apoyarnos y juntos pudimos dar marcha atrás esa brutal decisión. Esa fue nuestra carta de presentación ante esta gestión. Nunca retrocedimos, fuimos siempre por nuestra estabilidad logrando que en el 2008 se aprobara una ley que nos daba continuidad, y nos abría la puerta para el ingreso al estatuto. Dentro de UTE, la comisión directiva opinaba que ir a legislatura era en vano y que había que “operar” sobre el ejecutivo buscando un acta acuerdo. Jamás se logró el acta acuerdo, sí en cambio el consenso sobre la ley. El día de su tratamiento estaban todos, apoyando a “los contratados”...y la ley se aprobó, por supuesto todos estábamos en el festejo...los que habíamos trabajado desde el principio (delegados de base de algunos programas) y la comisión directiva de UTE que en el final del proceso se sumó a la pelea por la sanción de la ley...tan valiosa era que Mauricio tuvo que vetarla en enero.
Un proceso de pelea colectivo y organizativo inédito este año logró una ley para 3000 docentes. Una experiencia que debe ser tomada en cuenta cada vez que discutamos qué sindicato queremos, y cuál es el camino para revertir nuestra situación. Con delegados de base que, representando a sus compañer@s, llevaron al espacio de contratados mandatos para que sea el sindicato el que avale y “acompañe” las decisiones de cada uno de nosotros.
“Ni copia ni calco...” decía Mariategui y es así, no proponemos calcar este proceso. Decimos que tuvo prácticas que incuestionablemente transformaron al sindicato como herramienta de los trabajadores, formas “olvidadas” dentro de la UTE: funcionamos de abajo hacia arriba, enfrentando al gobierno y presionando a la comisión directiva con nuestros mandatos.
Esto demuestra lo importante de hacer las cosas dentro del sindicato y de haber demostrado que, a pesar de lo que nos dicen muchos, con organización los trabajadores podemos hacer de UTE nuestra herramienta.
La experiencia en contratados demuestra que se puede.
La situación de la Escuela Pública indica que se deben abrir espacios reales de participación y decisión dentro de UTE, con los reclamos que todos tenemos y las ganas que todos nos contagiamos cuando la decisión la tomamos “los de abajo”.
En eso estamos en CHEMAESTRO.
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