20 abr 2011

Situación nacional, situación en nuestra ciudad

Diagnóstico situación nacional

La situación educativa y política en general, nos obliga a reafirmar nuestros principios y objetivos en torno a los cuales decidimos agruparnos, organizarnos y luchar desde nuestros lugares de trabajo.

Caracterización del proceso nacional.

En nuestro espacio, plural, participan compañeras y compañeros provenientes de distintas ideologías y espacios de pensamiento. A partir de nuestras diferencias tratamos de establecer un diagnóstico común, sabiendo que no coincidiremos en todo pero sí en aspectos fundamentales inherentes a nuestra tarea.
Desde hace décadas se viene desarrollando un “silencioso” proceso privatizador de la educación pública con el objetivo de ponerla al servicio de las necesidades del mercado. En dicho proceso, las condiciones laborales y los salarios de los trabajadores de la educación, se precarizan día a día.
Esto no puede ser de otro modo ya que el gobierno, al igual que sus predecesores, aplica y ejecuta, sin más, los proyectos para los países dependientes diseñados por los organismos financieros internacionales como el Banco Mundial, el BID o la CEPAL. La política educativa llevada adelante por el gobierno nacional no sólo fragmenta el sistema y los contenidos, desvirtúa el trabajo docente y permite la participación de las empresas en los planes de estudio, entre otras cosas, sino que también contribuye a que el Estado continúe desresponsabilizándose del sostenimiento de la escuela pública dejando las escuelas libradas a su propia suerte. Cabe destacar la existencia de políticas de inclusión en paralelo impulsadas por el gobierno nacional, pero no son políticas que logren “torcer” el rumbo general. Algunos de nosotros creemos que es profundizando nuestra participación en espacios políticos aliados a este gobierno como se logrará un cambio definitivo, otros por el contrario, pensamos que en el marco de este gobierno no se puede hacer mucho más que estas reformas (mínimas) y que hace falta otro proceso político para lograr un cambio estructural. En lo que sí todos coincidimos, es que a este gobierno le quedan cosas por hacer para lograr un sistema público a la altura de las necesidades de nuestro pueblo.
Hoy la educación sigue sujeta a los intereses y a las necesidades del mercado. Garantiza la formación de la mano de obra requerida por los empresarios mediante las pasantías en las empresas y la intervención de éstas en la elaboración de los programas. A esto se sumó el patrocinio de escuelas y el llamado canje de deuda por educación.
El Estado no ejerce su responsabilidad y no destina el presupuesto necesario a pesar del aumento porcentual de los últimos años. Al mismo tiempo crece y se amplía la subvención a la educación privada.
Da cuenta de la situación grave que se vivencia en educación, el rol asistencialista asignado a los docentes, los altos índices de repitencia, la deserción, la situación edilicia, el hacinamiento, la sobrepoblación de cursos, etc.
Ante esto, reconocemos que políticas como la asignación universal por hijo; la construcción (tan necesaria) de casi 1000 escuelas, o la puesta en marcha del plan 1 a 1 son líneas de acción alentadoras pero que quedan en intenciones y no llegan a modificar la situación estructural. Es que con una educación al servicio de la ganancia capitalista es imposible desarrollar la formación integral y la apropiación por parte del pueblo de todo el bagaje cultural y el conocimiento científico elaborado por la humanidad.
Sólo un proyecto educativo elaborado por los trabajadores, sin ninguna injerencia de los tecnócratas del Banco Mundial, ni de las empresas, que cuente con un presupuesto acorde a las necesidades reales de cada una de las escuelas que componen el sistema educativo, es capaz de proponerse y alcanzar tan importante objetivo.
Otra de las formas en que el Estado atenta y destruye la escuela pública es manteniendo bajos los salarios docentes compuestos por sumas en negro (garantía mínima en Capital), y precarizando las condiciones de trabajo y capacitación.
Para mantener toda esta situación, el Estado cuenta con:
tecnócratas financiados por los organismos financieros internacionales que elaboran los proyectos educativos
medios de comunicación (encargados de argumentar y contra argumentar por qué “la baja calidad educativa es culpa de los docentes que hacen paro a cada rato”
sindicatos progubernamentales que aplacan o desvían cualquier intento de construcción colectiva horizontal de los trabajadores
y llega al extremo del uso de las fuerzas represivas encargadas de perseguir políticamente, reprimir y encarcelar a los luchadores

Situación en la ciudad de Buenos Aires.

En nuestra ciudad, hoy, nos gobierna lo más rancio de la política de nuestro país. El enemigo, la derecha autoritaria camuflada con un discurso de “gestión eficaz” desde hace 3 años viene destruyendo a la “escuela pública”. Ante esto, el conjunto de los trabajadores docentes no contamos con una organización sindical decidida a enfrentarlos dignamente con consecuencia entre lo que se dice y lo que se hace y fundamentalmente con prácticas democráticas que respeten a las bases. La dirección sindical, y sus prácticas, son los principales escollos en el camino de la lucha por una educación al servicio de los trabajadores, por un presupuesto necesario, por un aumento del salario y mejores condiciones de trabajo dignas.
La dirección de nuestro sindicato, además de encolumnarse tras el gobierno de Kirchner, de estar atornillada a sus sillones, de mantener una estructura ligada al Estado accionando en consecuencia y de tener intereses muy distintos a los nuestros (cuentan con otras condiciones de vida, con privilegios y no viven de su trabajo); son los encargados de desarticular y detener la lucha.
La estructura sindical, tal cual está planteada, no responde a las necesidades organizativas de los trabajadores y por lo tanto a nuestros intereses, sino más bien a los de un conjunto de personas (las mismas desde hace 20 años!) son funcionales al gobierno, nuestra patronal. Los trabajadores no podemos organizarnos bajo los preceptos que nos impone esta dirección tan alejada de nosotros y las escuelas. Debemos generar nuestras propias formas de organización, y ella debe ser totalmente independiente del Estado y del gobierno.
Este es nuestro norte, que la UTE sea el único sindicato y sobre todo independiente de todo gobierno y partido político. Los métodos burocráticos van en contra de la democracia de los trabajadores que basada en asambleas y en los delegados mandatados permiten la participación real de los trabajadores en la toma de decisiones. No podemos permitir que un puñado de “dirigentes” decida el comienzo, el curso y la finalización de nuestra lucha; que hagan y deshagan lo que quieran con nuestros aportes sindicales y tengan vía libre para negociar con el gobierno.
Por otra parte, tampoco podemos ilusionarnos ni generar ilusiones apelando a la burocracia para que “se ponga a la cabeza de la lucha” y nos represente genuinamente. Esto es imposible. No hay ninguna conciliación posible con ninguna dirección con prácticas burócratas, tampoco podemos dejar que compañeras y compañeros valiosos sigan creyendo que “desde adentro de la estructura” es posible empezar a modificarla. Hay que expulsarla de la dirección de los sindicatos para ponerlos al servicio de los trabajadores.
Ante toda esta situación, decidimos ratificar nuestro compromiso para contribuir a la construcción de la necesaria organización de los trabajadores de la educación y luchar por otra educación, defender incondicionalmente la escuela pública, gratuita y laica; pelear incansablemente por el mejoramiento de nuestras conquistas ante cualquier gobierno; y luchar firmemente por todas y cada una de nuestras reivindicaciones.

Espacio Docente CHEMAESTRO
Abril 2011

8 abr 2011

La escuela, nuestra situación laboral...¿qué hacer?

Nuestra situación laboral…

La problemática del trabajador docente en el actual escenario se ve impactada por medidas que no hacen más que precarizar su situación, definiéndolo como un mero ejecutor de políticas educativas sin que exista algún espacio de decisión en donde pueda participar. No solo el salario, a pesar de que en este aspecto la situación es alarmante si establecemos una comparación con otros sectores profesionales, es una representación del ajuste…se suman otros factores: el aumento de la jornada laboral (naturalizando el doble o triple cargo); las malas condiciones de infraestructura y poco equipamiento, la inexistencia de planes integrales de formación y actualización profesional, etc. degradan el “rol docente”.
Como consecuencia de estas medidas del neoliberalismo en la educación se ven agravadas las condiciones de salud de los y las docentes, sin una planificación para dar respuesta a esta situación propia del gremio. Por otro lado es notoria la pérdida de autoridad del sector docente frente al estudiantado y a la comunidad.
Hoy es natural escuchar a maestr@ y profesor@s hablando con temor, inseguros sobre su tarea. Se “visualiza” una sensación de soledad en la tarea cotidiana. Su desempeño se ve “observado” por directivos que, lejos de coordinar tareas buscando espacios de trabajo y decisión que contengan y sirvan para delinear prácticas pedagógicas, son funcionarios del gobierno y ejercen su rol desde la autoridad para “controlar y vigilar” que las “directivas” del ministerio se cumplan dentro de las escuelas. Por otro lado, las familias que detectan grandes grietas en los equipos escolares avanzan sobre competencias propias de la institución, evaluando el desempeño docente o calificando los aprendizajes y sus procesos.

¿Qué hacer?


Se debe partir de una concepción que defienda el proceso educativo como dignificante para la persona, pero además un impulsor de todas sus potencialidades y, por tanto, debe contemplar todas las dimensiones humanas: individual, social, política, económica y en consecuencia trabajar todos esos ámbitos del conocimiento: técnico, cultural, y político. Para esto la educación debe tener un carácter público, laico y con perspectivas sociales, esto es buscar la inclusión de todas y de todos.
Un proyecto educativo emancipador debería promover una educación que prepare para el trabajo, pero para un trabajo con perspectiva colectiva, en la cual se defiendan los derechos generales y se desarrolle una actitud crítica, que posibilite apropiarse de los conocimientos de la humanidad, de manera cuestionadora, sin actitudes sumisas.
Por ahora prevalece en la agenda educativa la concepción neoliberal, que es “auspiciada” por los países que controlan la economía y la política del mundo, que a través de los organismos internacionales financieros y ONGs condicionan el diseño y aplicación de la concepción educativa neoliberal en nuestro país, la misma que gracias a la dependencia económica y financiera obliga a la implantación de los componentes educativos que promueven el neoliberalismo.
Sabemos que la relación  pedagógica, cuya característica es la asimetría, tanto institucional como generacional (pues el docente efectivamente tiene poder sobre los niños y jóvenes) debe estar orientada a la formación de un ser humano libre, completo y comprometido con un proyecto colectivo.

Para ello será necesario:
Articular la posibilidad para que los docentes intervengan en la definición de los medios y fines de su práctica
Privilegiar un trabajo colectivo, con espacios institucionales de reflexión sobre la propia práctica; con formación en servicio de modo de avanzar en un proceso de teoría y práctica.
Definir el currículum como un proceso de construcción colectiva que involucre a los trabajadores de la educación, a los especialistas universitarios, a las comunidades en que la institución educativa se inserta.
Repensar la evaluación. No es admisible la evaluación como instrumento de homogeinización, medición, comparación y asignación de ganadores y perdedores. Se deben analizar los procesos generales de producción, y apropiación el conocimiento (evaluando "el sistema", la "política educativa" y sus dispositivos). En otro nivel, se trataría de ver cómo ocurrió el aprendizaje para operar al nivel de la relación pedagógica “local”.
Reconocer la existencia de lógicas antagónicas del mundo de la producción, no es lo mismo una empresa que una cooperativa

(buscar herramientas que fueron olvidadas y crear otras que den respuesta a las necesidades de quiénes compponemos la escuela en 2011 no en 1890)

Proponemos este diagnóstico participativo como disparador de debate. Debate que debe (y puede) protagonizar nuestro sindicato generando espacios y canales de participación formales entre todos los docentes de nuestra ciudad. Pero fundamentalmente con la participación de quiénes día a día llevamos a delante nuestra tarea!!!

Nos proponemos responder con prácticas las siguientes preguntas

1. ¿Cuáles son los mecanismos de toma de decisiones, cómo se estructura el gobierno en la educación al nivel del sistema, de la institución y del aula?
2. ¿Cómo se construye el currículum?
3. ¿Cuál es el lugar del docente (en la definición de medios y fines de su práctica, en la relación pedagógica)?
4. ¿Cuál es el lugar del estudiante (como sujeto y centro de la preocupación pedagógica)?

Espacio Docente CHEMAESTRO